Se define como la aplicación por medios terapéuticos a través de la piel, una aguja, mediante diferentes medios físicos, como son el calor, la corriente eléctrica, fármacos… a nivel subcutáneo. Esto produce en efecto local, sobre la zona que no está funcionando de manera correcta, a demás de crear una respuesta segmentaria muy importante sobre el sistema nervioso central.
Este conjunto de técnicas tiene su eficacia demostrada en innumerables tipos de disfunciones, además de servir como coadyuntante del tratamiento en muchas otras, entre ellas: